jueves, 17 de enero de 2008

Verano

No sé si para bien o para mal pero a esa edad (ya tenía 15) no aceptaba sentimientos negativos en mí, así que la tristeza no me duró mucho. Tan solo un mes después me enteré que volvió con su ex, con la que ya había tirado y que después de un mes volvieron a terminar y luego de otro mes empezó a salir con una tipa de la que siempre nos burlábamos en el cole y que también tiraron. Ocupé mi tiempo con actividades extracurriculares, no siempre eran sanas, pero lo ocupé hasta que acabó el año escolar, llegó el verano, completamente adolescente, volví al cole para mi último año, el cual fue completamente adolescente también y volvió a llegar el verano. Ya tenía 16. Me sentía vieja y estaba de moda el Hi5 así que me puse a buscar a los amigos de antaño, incluído el ex. Le mandé un mensaje afectuoso pero serio al cual respondió del mismo modo por lo que supuse que en el último año había cambiado. De él no supe absolutamente nada hasta ese momento, no nos habíamos visto ni llamado, sus amigos sabían que no quería saber nada de él asi que no hablaban de él frente a mí. Lo vi por única vez en la fiesta de prom, se me había roto una de las tiras de ese vestido magnífico que usé una sola vez y, desesperada, agarré a la primera persona que tuve al lado para pedirle que me ayudara a coser la tira (las mujeres pensamos en todo, había llevado aguja e hilo en mi bolso de mano), era una chica con la que estuve en la misma sección en 3ro de secundaria, 4to y 5to nada que ver. Ella, sorprendida, me ayudó pero se le caía la orquídea, acababa de llegar, su cabello molestaba, caos. Así que alzó la mirada para ver si encontraba a alguien que la ayude con su cabello, orquídea y bolso, llamó a Fer, a mi Fer. Estaba con un sobretodo negro, había crecido, la cara le había cambiado, ya no parecía un chiquillo, era un hombre, la ayudó y no nos saludamos. Ese era el único contacto y luego, el Hi5 y a partir del Hi5, el MSN. Nos agregamos y conversamos, quedamos en encontrarnos en el cole para recoger libretas. Así lo hicimos, luego caminamos bajo una avenida llena de árboles que nos cubrían del sol, llegamos a su nuevo departamento en el que seguía viviendo, practicamente, solo y nos tiramos en la cama como en los viejos tiempos, me hizo masajes y ahí creí que se intentaría sobrepasar pero no, jugamos con la Pc, me sirvió comida con un delantal que hice que se pusiera y me acompañó a casa. Fue un encuentro bizarro. Seguimos saliendo y me fui acostumbrando a su nueva actitud, agarramos y se convirtió en lo habitual, caminábamos de la mano porque abrazados daba calor, dormíamos juntos después de almuerzo, era como un enamorado pero informal. Paralelamente, como todos los veranos, conocía gente de todas partes. En el cumpleaños de una amiga me presentaron a un tal Juan, un chico simpático pero normal, un poco distinto al resto, se vestía bien. Juan no era para nada del otro mundo, cuando me pidió el correo dudé pero terminé dándoselo. Cuando me hablaba lo saludaba y respondía si me preguntaba qué tal pero ahí nomás hasta que mi amiga me dijo que le gustaba y me entró la curiosidad. Empecé a seguirle la corriente con las conversas y me parecieron interesantes, nos mandábamos música, teníamos gustos compatibles y hablábamos de todo. También salía con él. Un día en mi casa, viendo tele le di un beso y me preguntó si quería estar con él, le dije que sí, se fue. Una vez sola me di cuenta: ¡Ups! ¡¿Y Fer?! Ahora, ¡¡qué hago!!