martes, 25 de diciembre de 2007

Inicios

Pensaba contar algunas de las cosas que están pasando ahora pero pensé que nunca está de más un poco de historia. La primera experiencia (trauma) que recuerdo fue a los 11 o 12 años, no estoy segura. Los besos de las telenovelas me dejaban de parecer cursis o aburridos, me empezaban a interesar; las escenas fuertes de las películas ya no me daban asco pero me ruborizaban y en las noches, cuando todos dormían... cerraba la puerta de mi dormitorio con llave para hacer cochinaditas. Empecé imaginando que me besaba con el chico más guapo del club o del cole o con cualquier chico X de la T.V., luego me imaginaba tirando con él... pero ¡NO!, dejaba de imaginar porque las monjas y la familia... Desde pequeña me enseñaron que debía permanecer virgen hasta llegar al matrimonio y que debía casarme de blanco y tener mi primer enamorado a los 18 años... y eso. Además, me enseñaron que la masturbación está mal, que solamente 'los mañosos enfermos' se masturban porque son tan animales que no se pueden contener. Al mismo tiempo, leía (no me acuerdo cómo, dónde ni por qué) unos libros sobre sexualidad que me decían todo lo contrario pero no lo podía evitar, me sentía culpable así que dejaba de dejar que mi imaginación trabaje. Las ganas se hicieron más fuertes durante el primer año desde la primera vez que empecé a imaginarme a mí misma de forma erótica. Cuando sentí que la imaginación no era suficiente sino que necesitaba SENTIR empecé, instintivamente, a tocarme los senos... delicadamente, pasaba mis dedos alrededor, también alrededor de los pezones, todo con mucha suavidad hasta que el calor hacía que mi cuerpo empezara a arder hasta que me daban ganas de arrancarme los pezones, también me daban ganas de lamerlos, siempre quise hacer que mi lengua llegara hasta ellos... Siguiente paso, el clítoris. Recién a los 17 años supe qué cosa era una penetración, desde la primera vez que me masturbe solo toqué el clitoris y con eso estuve, extremadamente, satisfecha. Sin embargo, ¡¡¡la virginidad!!! de la que me hablaba todo el mundo también era mental, también tenía que ver con la masturbación, la religión católica me hacía sentir culpable, sucia, mundana. Creo que alguna vez mi madre me escuchó gimiendo y tocó la puerta, yo me vestí al toque (me quitaba la ropa para masturbarme) y me dijo 'nunca le pongas seguro', me miró seriamente y se fue. Años más tarde se convertiría en normalidad que me llame 'puta' al discutir, no sé si hay relación entre un hecho y el otro. El punto de este post es que... tuve una adolescencia cucufata, me masturbaba a escondidas sin saber si estaba bien o mal pero siempre sintiéndome culpable. Fácil por eso ahora tengo ganas de no esconderme... ¿y si mi adolescencia no hubiera sido cucufata.... habría llegado virgen al matri? jaja... nah!... pero fácil no sería quien soy =)