miércoles, 2 de enero de 2008

Primer enamorado

Creí que sería fácil consegui un enamorado, al fin y al cabo, a esa edad no quería enamorarme, ni siquiera sabía qué era enamorarse, solo quería alguien a mi lado, quería serntirme mujer, no es que no me sintiera así pero quería darle a la gente las pruebas de que sí lo era. Me empezó a gustar un chico, esto fue en verano, íbamos a la playa, al cine, yo esperaba que él de el primer paso pero nada, lo tuve que dar yo y al final por gusto porque esa relación no duró ni un mes y ni siquiera hubo beso, solo piquitos.. Éramos unos niños. Cuando volví al colegio conocí al que sería mi primer enamorado, de a de veras. Él tenía 16 y yo 14 años, nos sentábamos en los dos extremos opuestos del salón. Él atrás, con toda la sarta de vagos y yo adelante, con toda la gente estudiosa e inteligente por supuesto... no, en serio, él atrás y yo adelante, lo conocía de vista y sabía su nombre pero nada más. De un día para otro me empezó a prestar atención, se sentaba a mi lado, hablaba conmigo, me hacía reír y a la semana de haber hablado por primera vez me dijo que quería estar conmigo. Obviamente.... le dije que 'No, gracias' :) y lo mandé a la mierda. Qué carajos, no era una chica fácil qué se habría creído, qué fea sensación, qué habría pensado de mí para que se atreva a preguntarme eso tan pronto. Pero insistió... durante dos semanas estuvo constante, gileándome, para mí era obvio que era puro floro pero esa terquedad... Nunca entendí por qué se le ocurrió ir tras de mí de un momento a otro, tampoco lo supe nunca así que jamás me enteraré si solo quería jugar, si era un reto con sus amigos o si todo lo que me decía sobre lo interesante que le parecía era cierto. El punto es que, a tanta insistencia, comencé a verle todos los pros y contras. Contras: no lo conocía mucho (pero qué chu!) Pros: Era atractivo, era terco e insistente (cosas que me encanta hasta ahora), era antisocial hasta cierto punto... Era viernes, bajábamos las escaleras porque era hora de salida, yo me escapaba de él sin saber por qué, le llevaba medio piso de distancia, él se cansó de perseguirme y gritó en frente de todos: '¡Paz! Ya no te lo diré más porque te corres pero ME GUSTAS DEMASIADO Y QUIERO ESTAR CONTIGO' Luego puso una cara que solo yo me puedo imaginar, fue irresistible, le dije que sí y medio colegio aplaudió. Ese día lo celebramos con sangría, nos emborrachamos en su departamento (vivía solo porque sus padres estaban en otro país y su hermana se había ido a vivir al departamento de su novio) y nos reímos como locos. Después, se puso romanticón, empezó a decir que me quería, que no era floro... Ambos estábamos echados en la cama, mirándonos frente a frente, él tenía una mano, una de sus grandes manos en mi cadera, la fue subiendo hasta llegar a la cintura. Me sentía bien. Así, pasó una semana, todos los días agarrábamos como locos y sus manos solo llegaban hasta mi cintura, era verano (marzo) y el cielo era color naranja algunos dias. Esa semana la pasamos en el departamento de una amiga, sus dos padres trabajaban así que igual no había nada y siempre nos dejaba solos como si ya supiera que queríamos privacidad. Para mí, la experiencia era de lo más romántica, éramos 'la' pareja del colegio, todas mis amigas de lo más contentas por mí, era verano y él tan perfecto para mí. Me decía a mí misma que estaba con todo un caballero... hasta que un día cualquiera, esas manos que nunca pasaban de la cintura ni para arriba ni para abajo subieron un poquito más de lo normal, estábamos en el primer piso del edificio donde vivía mi amiga, yo hacía como que no era conmigo la cosa, sus manos llegaron hasta debajo de mi brassier pero por los costados y así como quien no quiere la cosa puso una de ellas encima de mis senos. - ¡¡¡¿Qué te pasa?!!! - Tranquila.... Baja la voz, van a pensar que te estoy haciendo daño - me dijo susurrando -. - Ya, bajo la voz pero escúchame, quita esa mano de ahí - yo miraba de un lado a otro intranquila mientras trataba inútilmente de mover su mano del lugar donde estaba -. - Solo dime cuál es el problema... - El problema es que no quiero que tu mano esté ahí. - ¿Ahí? ¿Dónde ahí? - Ya, deja de hacerte el gracioso y bájala - para esto, ya había dejado de forcejear-. - ¿Te da miedo decir 'seno' o 'teta'? No tengas miedo... es normal Paz. - No, no me da miedo, está bien, no me da miedo decir 'seno' solo que acá me da miedo que pase alguien... - O... ¿será que te da vergüenza? - ¡No! Nada que ver, solo que por acá puede salir alguien y nos pueden ver. Como ya te dije, puedo decir y hacer pero no acá. De hecho, me moría de miedo y vergüenza, todo el rato había estado sonrojada hasta más no poder y de puro orgullo le dije que no pasaba nada, me hacía la mujer, la adulta y también lo creía a él adulto, no quería que me viera como una niña, era su enamorada. Al día siguiente, en el departamento de mi amiga, subió la mano otra vez. Como ya le había dicho que no pasaba nada esa vez no lo detuve, dejé que subiera una mano y la otra también. Ese fin de semana había pensado en el episodio anterior y me había propuesto seguirle la corriente, hacer como si no me molestara en absoluto e incluso hacer como si me gustara (porque no, no me gustaba, estaba aterrada). Llegué a acostumbrarme como en una semana más, pensé que otras chicas del cole que eran solo un par de años mayores que yo ya habían hecho lo mismo que yo pero elevado a la potencia mil, me decía a mí misma que debería alegrarme porque eso era lo que quería y le eché la culpa a mis roches al colegio católico. No había por qué alarmarse, era un simple, tonto e inocente toqueteo, ni siquiera me las veía... Era como el dicho 'Se mira pero no se toca' al contrario, con eso estaba contenta. - Hay continuación -.